El hallazgo se produjo a metros del acceso al camping Miguel Lillo, donde Débora había sido vista por última vez. Según confirmaron fuentes judiciales, el cuerpo estaba enterrado cerca del lago, en una zona comprendida entre la avenida 2 y la calle 72.
Gutiérrez fue detenido el lunes, cuando intentaba abandonar la ciudad, y enfrenta una causa por femicidio que instruye el fiscal Walter Pierretégui, de la UFI de Género de Necochea, con intervención de la jueza de Garantías Aida Ihuez. El acusado se negó a declarar y también a someterse a pericias psicológicas y psiquiátricas.

El mismo día de su desaparición, Débora le había contado a uno de sus tres hijos que su pareja le había pegado, dejándole un ojo morado y un diente flojo. Horas más tarde, el sereno del camping los vio discutir y, al no volver a verla al día siguiente, denunció la desaparición.

Durante los operativos de rastrillaje, en los que participaron más de 80 agentes de distintas fuerzas, se hallaron prendas de la víctima con manchas de sangre, además de zapatillas y calzas en las inmediaciones del predio. El detenido presentaba lesiones compatibles con rasguños.

Los investigadores creen que el crimen ocurrió entre la noche del sábado y la mañana del domingo, cuando el acusado fue visto solo en el lugar. Débora y Gutiérrez habían viajado desde Villa Cacique, partido de Benito Juárez, para pasar unos días de descanso en Necochea.

Por otra parte, la comunidad local, conmovida por el caso, exige justicia por Débora, madre de tres hijos, víctima de un nuevo hecho de violencia de género en la región.